Decirte cosas, luna, lunera,
pedirte media cara
o cara entera...
y que sonrías mi luna llena.
En ese cuarto
que mengua o crece,
quiero una nana, luna, lunera.
De cara o ceca,
de plata o lata;
date una vuelta...
¡ya es primavera!
Su humo gris partía en pedazos los vagones
y el silbato y la campana anunciaban
vendedores y pregones.
Se fue el tren... la vía espera,
que alguien explique las razones:
Si se echó a volar aquella primavera,
o si entró en el mar cantando entre sirenas,
o tal vez fue desmantelado como hierro viejo.
No quiero creer eso...
porque se me hace tren la pena.
En Prosa encontrarán algo más de su obra.
Más información sobre esta escritora, poeta, ilustradora de libros y pintora en su blog: Todo Arte.