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Santa Teresa de Jesús

foto Santa Teresa de Jesús
(1515–1582)
Semblanza

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Vivo sin vivir en mí
Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puso en él este letrero:
Que muero porque no muero.

Esta divina pasión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a mi Dios prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

foto La Ascensión¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quítame Dios esta carga
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte, do el vivir se alcanza,
no tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero;
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no seas esquiva;
vivo muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es perderte a ti,
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

Semblanza
Santa Teresa de Jesús, nombre religioso de Teresa de Cepeda y Ahumada. Escritora y religiosa española quien entró hacia los 21 años a la orden del Carmelo.

A partir de 1560 comenzó su labor reformadora, llevando la orden carmelita a su primitiva austeridad. Fundó numerosos conventos y con la ayuda de san Juan de la Cruz extendió la reforma a la orden masculina.

Su vida y su producción literaria están puestas al servicio de este fin. Su obra es una de las cumbres del misticismo hispano; se basa en experiencias personales y en fuentes documentadas, todo ello con un estilo estudiadamente espontáneo y exento de erudición.

Libro de la vida, Libro de las fundaciones, Relaciones, Camino de perfección y Las moradas o El castillo interior (1577), que recoge toda su doctrina. Sobresalen también sus cartas y sus composiciones líricas, emotivas y musicales; quintillas, villancicos («Este niño viene llorando...») y otras estrofas populares.

Fue canonizada en 1622 y nombrada doctora de la Iglesia en 1972.

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